Apreciado Juan Pablo:

Leí el artículo de Juan Mayr y de Manuel Rodriguez. Me impactó mucho. No sabía. Te acompaño desde la distancia. Sinceramente no estaba enterado. Y ciertamente se siente un impacto grande y fuerte.
Para quienes te hemos conocido a lo largo de los años, te recordaremos como una persona intachable, entregada al servicio de los demás, sofisticado y consagrado a través de los temas ambientales, disciplinado con tus artículos de El Espectador, armonizador de equipos, y constructor de proyectos de significación, como han sido tus distintas causas, y tus empresas y tus expediciones de alpinista.

Gracias por haberle dado al país una cumbre de Everest, y por no desistir hasta el último momento de tan grande hazaña. Y este espíritu de equipo y de jefe ecuánime que siempre te ánimo. Siempre hemos encontrado en ti grandes valores, una carrera consagrada, un ser humano excepcional y un amigo al que siempre he sentido cercano y afectuoso, aunque a veces la distancia y los tiempos se encargan de enredar agendas y no permitir vernos con regularidad. Pero siempre agradecido con la amistad. Pero siempre estarás cercano en nuestros pensamientos, y afectos y siempre con agradecimiento con la vida de haberte podido conocer. Siempre agradecidos con tu existencia y tu recorrido y las pasiones que te han movido siempre.

Recordaba quizás en una de tus primeras charlas que hiciste sobre alguna de tus primeras cumbres y yo te invité a Uniandes. Fue muy exitosa y era para estudiantes de pregrado. No se si fue a finales de los 80s, o a finales de los 90s. También recuerdo vivamente una sesión inspiradora en 2011 0 2012, con todos los directivos del SENA a nivel nacional en Bogotá, con el Padre Camilo Bernal. Son grandes recuerdos, apreciado amigo. Mucha gratitud.

Cordialmente,
JHC