Lo que santos dijo sobre bosque seco en el tayrona es falso
Por: Andrés Bermúdez Liévano | Enero 20 2013.
Lo que no dijo el Presidente Santos es que la Unidad de Parques Nacionales había reconocido la existencia del bosque seco en Los Ciruelos desde antes de que se concediera la aprobación del proyecto hotelero en 2009. Santos tampoco dijo que él mismo había sido advertido sobre el potencial dañino de este proyecto hace más de dos años por un grupo de importantes ambientalistas Bahía Concha es el sector del Parque Tayrona donde se ubica el controversial proyecto hotelero de Los Ciruelos, cuya suspensión ordenó el presidente Juan Manuel Santos esta semana.
“No olvidar que la licencia del proyecto Los Ciruelos fue otorgada en el gobierno pasado. El bosque seco no se puede afectar. Así de claro”, trinó el presidente Juan Manuel Santos hace dos semanas. “Cuando se expidió esa licencia, Parques Naturales no tenía la información -porque estaba recogiéndola- sobre lo que llaman los bosques secos. Esa información se recogió entre el momento de la licencia y hoy. Se descubrió que ahí había un bosque seco y que, por consiguiente, no puede desarrollarse un proyecto que pueda afectarlo”, explicó en Hora 20 el miércoles.
La revocatoria de la licencia del hotel Los Ciruelos, basada en el argumento científico del bosque seco, podrá servirle a Santos frente a la tribuna pública, pero muy posiblemente se quedará corta en los tribunales si la empresa demanda al Estado por violarle sus derechos adquiridos.
Porque lo que no dijo el Presidente -y que La Silla Vacía pudo comprobar- es que la Unidad de Parques Nacionales había reconocido la existencia de este ecosistema en el área de Los Ciruelos desde antes de que se concediera la aprobación del proyecto en 2009. Santos tampoco dijo que él mismo había sido advertido sobre el potencial dañino de este proyecto hace más de dos años por un grupo de importantes ambientalistas -incluyendo a tres ex ministros- y que aún así no hizo nada para detenerlo.
Lo que no se ha dicho
Hasta el momento la Unidad de Parques y la Anla, que le expidió la licencia ambiental a los Ciruelos, se han atribuido mutuamente la responsabilidad por el hotel con doce cabañas y dos muelles en una ensenada del sector de Bahía Concha. Parques ha asegurado que solicitó a la Anla dos veces el año pasado revisar el impacto ambiental de la construcción del hotel, mientras que la agencia dirigida por Luz Helena Sarmiento afirmó que le había solicitado información técnica al respecto y que no entiende “las razones que llevaron a dicha entidad a cambiar su posición técnica respecto de las condiciones de viabilidad ambiental del proyecto”.
El presidente Juan Manuel Santos ordenó la suspensión de Los Ciruelos para proteger el bosque seco en esta zona del Parque Tayrona.
En 2009, la Unidad de Parques Nacionales dirigida por Julia Miranda dio su visto bueno a Los Ciruelos.
Santos ordenó esta semana a la Anla, en cabeza de Luz Helena Sarmiento, que suspendiera la licencia de Los Ciruelos.
En 2011, el ex ministro Manuel Rodríguez Becerra y otros ambientalistas enviaron una carta a Santos, advirtiéndole sobre los riesgos de los proyectos hoteleros Los Ciruelos y Six Senses al Tayrona.
Entre tanto, Santos le ha echado la culpa del polémico hotel al Gobierno de Álvaro Uribe, debido a que la licencia le fue otorgada durante su mandato. Y aunque este hecho es cierto, poco se ha mencionado que Julia Miranda -la directora de la Unidad de Parques, entidad que dio el concepto previo favorable para que se le otorgara la licencia al hotel y que ahora se opone a éste- es la misma que hoy trabaja con Santos.
La Silla comprobó que, a pesar de su reciente oposición a Los Ciruelos, en 2009 la Unidad de Parques no sólo dio su visto bueno al proyecto hotelero en su concepto previo al otorgamiento de la licencia ambiental, sino que reconoció explícitamente que existía bosque seco en el Tayrona, con lo cual cuando el Presidente Santos afirma que “esa información sobre el bosque seco se recogió entre el momento de la licencia y hoy” está mintiendo o sigue estando desinformado por la Unidad de Parques y el Ministerio de Ambiente.
En el concepto previo favorable de Parques se advertía que “la playa Ciruelos 2 se caracteriza por presentar un bosque seco en buen estado de conservación, no se presentan claros de bosque, ni evidencias recientes de disturbios transformadores del paisaje”.
Además, la Unidad que desde entonces dirige Miranda resaltó en ese concepto que “la vegetación característica de esta zona es propia de bosque seco recuperado” y que los árboles de este ecosistema superan los 11 metros de altura en el sector escogido para el hotel. Aún así, Miranda no solo dio su visto bueno sino que lo recomendó como proyecto piloto.
“Este es el primer proyecto ecoturístico de iniciativa privada que se pretende realizar en un área del Sistema de Parques Nacionales Naturales y acorde con esta situación, la Unidad de Parques Nacionales Naturales ha evaluado esta iniciativa considerándola como una oportunidad para avanzar metodológicamente en el manejo y desarrollo de la misma”, señaló en ese momento la entidad.
El Ministerio de Ambiente y Vivienda -que se ocupaba de las licencias antes de la creación de la Anla en 2011- también reconoció la presencia de este ecosistema dentro del Tayrona, y, además, advirtió sobre su escasez a nivel nacional. “Solo existe cerca del 1,5% de la cobertura original, encontrando que los bosques del Tayrona presentan las mejores condiciones de conservación y sus características estructurales muestran una mínima intervención humana”, señala en la licencia ambiental, otorgada tras los conceptos previos favorables tanto de la Unidad de Parques como del Ministerio del Interior.
Para los ambientalistas resulta claro que ni la aparición ni la regeneración del bosque se pueden dar en el lapso que mencionó Santos.
“El Tayrona posee tanto bosque seco como húmedo, algo muy importante desde el punto de vista ecológico. Y este bosque seco, que es el que se encuentra en Bahía Concha, no se conforma de la noche a la mañana ni mucho menos en tres años”, le dijo a La Silla Julio Carrizosa Umaña, quien dirigió el Inderena en los años setenta y fue uno de los firmantes de la carta que le enviaron más de 150 ambientalistas a Santos advirtiéndole sobre Los Ciruelos en 2011.
La carta sin respuesta
A finales de 2011 la noticia de que un proyecto hotelero había sido aprobado en Bahía Concha llegó a oídos de varios de los ambientalistas que trabajan en la zona del Tayrona, quienes decidieron escribirle al Presidente. La carta, que llegó acompañada por más de mil firmas y fue entregada a la secretaria de Santos, nunca recibió respuesta.
Esta carta fue impulsada por la ex congresista liberal Alegría Fonseca, quien fue representante a la Cámara por Boyacá en cuatro ocasiones y lideró el debate parlamentario sobre el Tayrona en tiempos de Misael Pastrana.
Entre sus otros firmantes figuran los ex Ministros de Ambiente Manuel Rodríguez Becerra, Cecilia López Montaño y Ernesto Guhl Nannetti; los ex gerentes generales del Inderena, Germán García Durán, Margarita Marino de Botero y Julio Carrizosa; el actual Secretario de Planeación de Bogotá, Gerardo Ardila; la ex Secretaria de Ambiente de Bogotá, Margarita Flórez; el ex director general del IDEAM, Pablo Leyva; el ex director de Asocars, Francisco Canal; los ex directores de Ecofondo, Juan Pablo Ruiz y Gustavo Wilches-Chaux; la consejera de la Unesco en temas de sostenibilidad, Margarita Pacheco; el impulsor del referendo por el agua Rafael Colmenares y otros de los ambientalistas más prestigiosos del país.
El objetivo de la carta era advertirle a Santos que dos proyectos hoteleros dentro del Tayrona -el de Los Ciruelos y el de Six Senses en el sector de Arrecifes- constituían una amenaza para el parque e iban en contravía de las políticas de conservación de áreas protegidas.
“Con estos hechos se está rompiendo con la política de manejo de los Parques Nacionales Naturales que se mantuvo durante cerca de cuarenta años, a partir del momento en que el gobierno nacional de esa época tuvo que cancelar la iniciativa de la construcción de un complejo hotelero en el Parque Tayrona, como respuesta a la amplia oposición que encontró en la opinión pública nacional e internacional”, le escribieron.
En los años setenta, cuando el entonces presidente Misael Pastrana anunció el desarrollo de un complejo hotelero de lujo en tres bahías del Tayrona -que serían incluso sustraídas del parque para dar paso al proyecto turístico-, se generó un intenso debate tanto a nivel parlamentario como entre la opinión pública que concluyó con el veto a la hotelería. Como resultado de una intensa pelea ambiental y política, se expidió el decreto 622 de 1977, que se encuentra aún vigente y prohíbe desarrollar “actividades agropecuarias o industriales incluidas las hoteleras, mineras o petroleras” dentro de las áreas protegidas ya que podrían alterar su ambiente natural.
“Nadie ha explicado qué pasó con el decreto gracias al cual durante 40 años nunca se permitió construir hoteles dentro de los parques”, le dijo a La Silla un ambientalista que ha trabajado con parques nacionales pero que no quiere ser citado para no enfrentarse a las autoridades ambientales.
Para varios de los ambientalistas que firmaron la carta, el mayor problema es que fuera la propia Unidad de Parques Nacionales la que diera su visto bueno. “Crea un precedente gravísimo porque el problema no es sólo Los Ciruelos, sino en que los otros propietarios de terrenos en el parque piensen que pueden construir hoteles ahí”, le dijo a La Silla Manuel Rodríguez Becerra, quien fue el primer Ministro de Ambiente del país tras la creación de esta cartera durante el gobierno de César Gaviria. “Al abrir esa trocha, se genera la ruptura de una política de cuatro décadas que ha sido verdaderamente exitosa en impedir daños irreversibles en los parques”.
Varios de ellos señalan que el mayor problema es la falta de claridad que ha habido sobre el tema. “Se están tomando determinaciones para desarrollar estas actividades dentro de los parques dentro de una nebulosa jurídica. Si las autoridades ambientales creen que debe haber un desarrollo hotelero en los parques, que lo digan y hacemos un debate abierto y democrático tanto entre la comunidad científica como ante la opinión pública y lo sometemos luego a un proceso legislativo. Hay que poner esta discusión en una urna de cristal”, le dijo a La Silla Pablo Leyva, ex director del Ideam.
Nota de la editora: Después de publicada esta historia, La Silla Vacía pudo conversar con Julia Miranda, directora de la Unidad de Parques Nacionales, quien anteriormente no había recibido autorización para dar declaraciones. Aunque esta información no cambia lo que dijo el Presidente, su información enriquece esta nota:
“El bosque seco en el Parque Nacional Tayrona siempre ha existido y así ha sido reconocido por el Gobierno Nacional en varias oportunidades y en distintas instancias. No obstante, un estudio sobre prioridades de conservación en las Areas Protegidas realizado en el 2010 por Parques Nacionales hizo evidente de manera contundente que no hay suficientes áreas que protejan el bosque seco tropical y encendió las alarmas. Por esta razón, el Gobierno del Presidente Santos consideró que su protección era factor estratégico indispensable y lo estableció como prioritario en el Plan Nacional de Desarrollo. Las razones de esta determinación fueron corroboradas posteriormente en el año 2012 por otros estudios científicos sobre el bosque seco tropical en Colombia, que arrojaron resultados muy preocupantes sobre su supervivencia”, le dijo a La Silla Miranda.
Adicionalmente, explica la directora de Parques, una sentencia de la Corte Constitucional en septiembre del año pasado precisó que actualmente las licencias ambientales no pueden permitir que se causen daños irreparables en los parques nacionales, ni tampoco legitimar actividades que la ley tiene prohibidas dentro de éstos. “A la luz de estas nuevas realidades cientificas, jurídicas y políticas en materia ambiental, el proyecto Los Ciruelos en el Parque Nacional Tayrona, tal como fue concebido y aprobado inicialmente en el año 2009, no puede llevarse a cabo”, señala.
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