Foro Nacional Ambiental

Santa Marta

Por bella es codiciada, y desde el comienzo de los años setenta quieren apoderarse de sus playas.

Por: Manuel Guzmán Hennessey | Julio 24 de 2025

La primera heroína colombiana que peleó por defender a la naturaleza lo hizo en Santa Marta. Se llama Alegría Fonseca y es de Boyacá. La frasecita “no necesita presentación” le aplica. Aquí mismo escribí una columna sobre ella. Pero hoy es de Santa Marta de la que quiero hablar con ocasión de sus quinientos años. Y me gustaría que me alcanzara la columna para decir todo lo bella que es, y lo maltratada por tantos de los suyos como si no lo fuera, como si no fuera de ellos sino ajena, inmerecida tal vez, perla encontrada.

El asunto es que por bella es codiciada, y desde el comienzo de los años setenta quieren apoderarse de sus playas para hacer hoteles en el parque Tayrona, y parques industriales en la isla de Salamanca. Alegría suele contar sus luchas a las nuevas generaciones para enseñarles a cuidar lo que es de todos; esta semana lo hizo en Santa Marta con Manuel Rodríguez, en un foro que organizó Sandra Vilardy, samaria de adopción (esta), pero cercana, porque es banqueña.

Siempre las mujeres defendiendo la vida, y dándonos lecciones, como esta otra (a ver si me alcanza la columna para tantas historias). Sucedió que un día de julio de 1982, un juez de Santa Marta, el segundo civil del circuito (así se decía), encontró en un archivo una sentencia de 1937 (se supone que buscó a fondo), le venía como anillo al dedo para beneficiar a unos particulares que querían apoderarse del Tayrona. ¡Ay los jueces! (algunos). De 7.000 hectáreas era el botín (medio parque).

“No me alcanzó el espacio para hablar de Carlos Vives, del centro remozado y de sus parques.”

Entonces Margarita Marino de Botero, gerente general del Inderena (traducción para los jóvenes: Ministerio de Ambiente de la época), dio su lección de defensa de lo público que bien han aprendido los jóvenes con los que ha decidido construir su legado, los de Voces 2030. Se opuso al exabrupto. Peleó contra gremios y políticos (vieja historia), y el Concejo la declaró persona no grata ¡Háganme el favor!, práctica no original, pues ya le había pasado a Alegría con los de Barranquilla.

La historia gris de los políticos siempre se escribe al margen de las mujeres (de algunas, como estas). Y lo dicho, no me alcanzó el espacio para hablar de Carlos Vives, del centro remozado y de sus parques, de la finca de Lucho Palacio donde nació mi hija, del azul de su cielo y la bahía, la cultura, la fiesta, la alegría, no Fonseca esta vez, sino la perla: Santa Marta.

EL Tiempo | https://www.eltiempo.com/opinion/cartas/santa-marta-3475144

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